Los hechos ocurrieron en Logroño, el arrestado, un entrenador de fútbol, contactaba con las víctimas a través de redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea para solicitarles fotografías íntimas y encuentros personales.
El entrenador les hacía sentir importantes y valiosos, indicándoles que desde su posición de entrenador y de ojeador de futbolistas podía conseguirles contratos con un equipo profesional o mejorar su situación deportiva.
Fuentes oficiales afirman que a una de sus víctimas le llegó a ofrecer dinero por realizar conductas sexuales. Los jóvenes que finalmente accedían a alguna de las peticiones, sentían el temor de que, en caso de no acceder, pudieran verse perjudicados en su actividad deportiva.
La investigación continúa abierta, hay 8 víctimas identificadas y no se descarta la aparición de nuevas víctimas debido a los años que el hombre ejerció como entrenador deportivo.
Al arrestado se le atribuye un delito de pornografía infantil, cinco de corrupción de menores, tres delitos de abusos sexuales por tocamientos y otros tres de child-grooming.