La operación ha dado como resultado 15 detenidos (14 mujeres, entre ellas una colombiana, y un hombre) y tres registros donde se intervinieron diez armas cortas, cuatro cargadores, más de 850 cartuchos de munición, dinero en efectivo y 120 plantas de marihuana.
La investigación comenzó en marzo, cuando los agentes detectaron dos domicilios en los distritos de Centro y Usera donde se ejercía la prostitución de manera forzada, con más de 200 clientes semanales y varias encargadas que controlaban a las víctimas.
Las mujeres no podían elegir qué servicios realizaban y en numerosas ocasiones no recibían pago alguno. Los inmuebles contaban con cámaras de seguridad que vigilaban incluso las áreas de descanso, y las mujeres eran obligadas a firmar contratos falsos de arrendamiento.
Debían trabajar 21 días seguidos, compartiendo habitaciones y espacios comunes, sin poder rechazar ningún servicio ni práctica concreta, bajo amenaza de no cobrar si abandonaban el lugar. Las víctimas eran obligadas a trabajar 24 horas al día, los siete días de la semana sin descansos, incluso durante su periodo de menstruación.
La operación permitió liberar a tres víctimas de explotación sexual. Los detenidos están acusados de pertenencia a organización criminal, prostitución, delitos contra la salud pública y blanqueo de capitales. Tres de ellos han ingresado en prisión provisional.