Aprobada en el último Consejo de Gobierno de la CAM, esta sede precursora contará con una inversión de 1,7 millones de euros y se estrenará el próximo noviembre.
Su propósito es brindar servicios de apoyo social, jurídico, psicológico y mediación intercultural a todas aquellas mujeres que deseen dejar o hayan dejado el trabajo sexual.
También se les ofrecerán herramientas y medios para procurar su incorporación al mundo laboral, uno de los escollos que suele impedir que escapen de la exclusión, de modo que al fin alcancen su «autonomía personal e inclusión social», según adelantan fuentes de la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales.
No precisan aún su ubicación exacta, pero sí que se situará en un municipio cercano a las zonas donde más se concentran las prostitutas, «por su cercanía a polígonos industriales y vías principales de comunicación».
Este nuevo espacio complementa al par de centros residenciales, otro de día y una unidad móvil, con las que ya se amparaba a las víctimas de trata con fines de explotación sexual.